viernes, 27 de junio de 2014

CONSERJES, CRECER COMO PERSONA CON PERSONAS


Esta mañana hemos tenido reunión de coordinación de conserjes. La primera parte en todas las reuniones la dedicamos a la formación. En este caso hemos reflexionado sobre lo que más nos gusta, lo más gratificante, lo que más nos motiva, lo que no nos gusta, lo aburrido y lo que nos desmotiva de nuestro trabajo.

Están han sido las conclusiones:

- ¿Cuáles son las tareas que más me gustan?
- Realizar las tareas de conserje con sensibilidad hacia los alojados y su situación.
- Aquellas que implican explicación del funcionamiento del centro.
- El trato con las personas, acogida.
- El contacto con los usuarios, el trato, su implicación en el albergue y la mía en lo que les pueda ayudar.

- ¿Cuáles son las tareas que más me disgustan?
- Dejar a alguien en la calle.
- La mediación cuando alguien se ha puesto manifiestamente agresivo.
- El no dejar entrar o pedirle a alguien que se marche.
- Tener que decir a una persona que no puede entrar, por tema de sitio, horario, condiciones en las que llega, etc.
- Yo no diría que las tareas, las tareas me gustan, pero si algo todavía no se acopla a mi, serían los horarios de noche, me tengo que acoplar a dormir de día y todavía no lo consigo.

- ¿Cuáles son las tareas más gratificantes o enriquecedoras?
- Cualquier mínimo gesto la gente lo valora y agradece. Confía en ti.
- El vínculo que se crea con las personas para las que trabajamos.
- Cuando he estado apoyando el proceso de personas, que han ido superándose en sus problemas.
- Las que implican una mínima "solución" a un problema determinado de un usuario, que significan algo importante para esa persona.
- Explicarle a las personas el tema de acogida y el que se sientan bien en el albergue.
- Poder ayudar a una persona, a alguien que en estos momentos necesito al igual que nosotros necesitamos de el, para poder seguir creciendo en el camino, camino que nos ha llevado a encontrarnos en este momento.

- ¿Cuales son las tareas más monótonas, aburridas o pesadas?
- Pasar horas por la noche.
- Tareas de administración, logítica.
- Sacar sábanas, equipajes, etc... de usuarios que no se lo han llevado.
- Servicio de lavandería. Aunque desde que hay voluntarios en esa tarea,  ya no es tan pesada.
- Ninguna, cada día es diferente y nuevo, e intento disfrutarlo como es. Todos los días aprendemos.

- ¿Cuales son las tareas que más me motivan?
- Ayudar.
- Actividades grupales.
- Las que puedan servir realmente para introducir algo positivo, o recuperarlo, en alguien.
- El momento de acogida de una persona nueva, que no sabe como funciona esto. 
- Sentir que el otro y yo somos algo más en este mundo tan rico y diverso. Que estamos aquí por amor. Saber que lo que hacemos nos enriquece a todos.

- ¿Cuáles son las tareas que más me desmotivan?
- Volver a empezar con una persona.
- Cuando no hay recursos para apoyar procesos.
- Cuando no soy capaz de hacer entrar en razón a alguien que veo que puede quedarse sin nuestros servicios,  porque haya hecho algo, a mi entender, evitable. Sobretodo si se trata de una persona que nunca haya dado muestras de su problemática.
- Cuando se tiene que quedar una persona en la calle.
- Ninguna.

Terminamos pensando que podemos poner de nuestra parte para que tareas que me disgustan, son aburridas o me desmotivan, pueden dejar de serlo o no serlo tanto.

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martes, 3 de junio de 2014

CUANDO SE VIVE DE CERCA LA SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN


Los alumnos de Magiterio de la Universidad CEU Cardenal Herrara han querido dejar constancia de su paso por el centro de acogida temporal. Nos han enviado dos escritos con su experiencia, para la publicación en este blog.

"El día 5 de Mayo del 2014, asistí a un comedor social en Castellón. Acudí con varios compañeros de la Universidad CEU Cardenal Herrera y junto al profesor de religión. Primero nos dieron una charla acerca de cómo trabaja Cáritas. Después nos dieron una visita por el albergue y a continuación fuimos a la zona del comedor y de la cocina, dónde nos indicaron lo que teníamos que hacer. Lo primero que hicimos fue limpiar las mesas y sillas, después estuvimos preparando los cubiertos en servilletas y dentro de un vaso. Comenzamos a poner los panes en bandejas, las manzanas, ensaladas, purés, etc, hasta que comenzaron a entrar las personas para cenar. Estuvimos sirviendo la cena y después nos quedamos a recoger y a limpiar.
La verdad que la experiencia para mí fue dura, me dio mucha pena ver la realidad de las  personas que se encuentran en esta situación,  lo cual hace que te replantees muchas cosas.
Algo sobre lo que he pensado, es que todas las personas somos muy egoístas y que podíamos hacer más de lo que hacemos. Ya se sabe que siempre hay diferencias entre ricos y pobres, pero en general podíamos ayudarnos más los unos a los otros. Así habría más igualdades y no tantas diferencias económicas y sociales.
Pienso que las personas deberíamos ser aunque sea una vez en la vida voluntarios, para hacernos reflexionar, y poder ser más solidarios. A mí aunque  haya sido una experiencia dura y real, me ha gustado en el sentido de que quiero ayudar a los demás y me ha incitado a ello, por eso, animaría a todo el mundo a que sea voluntario."
  Sonia Tudela Valverde



"Antes que nada, agradecer la oportunidad que me han proporcionado, tanto mi profesor Jaime Vilarroig como Julián, de poder pasar un pequeño, pero a la vez,  gran rato, en el comedor social. Me llevo un grande recuerdo de este día, que quiero y espero poder repetir en más ocasiones. Recomiendo a todo el mundo que tenga esta oportunidad, que no la deje escapar; ya que, en mi humilde opinión, ha sido una experiencia muy gratificante.
Sólo tengo palabras de admiración para aquellas personas que dedican tiempo de sus vidas a ayudar a los demás. Es muy bonito ver cómo, en el mundo en que vivimos, todavía quedan grandes y buenas personas dispuestas a arrimar el hombro, de forma voluntaria, a otras que no pasan por los mejores momentos de sus vidas.
Me gustaría también, dar la enhorabuena a todos los voluntarios y a todas las personas que hacen que esto sea posible. Tienen que sentirse orgullosos de su buena organización y del buen trabajo realizado, que llevan a cabo día tras día.
Por último, unas palabras de ánimo y fuerza para todos aquellos que no pasan por unos buenos momentos, y mis mejores deseos, para que, con fuerza y constancia, puedan algún día ser ellos los que decidan ir de voluntarios."     
Carmen Gil

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